Recomendación para administración de 2a dosis o dosis de refuerzo de vacuna contra Sars-Cov-2 posterior a ESAVI serio y/o de interés clínico


La inmunización es una de las intervenciones en Salud Pública más efectiva para la eliminación de enfermedades prevenibles por vacuna (EPV), y antes de ser autorizadas para su uso masivo deben cumplir con rigurosas pruebas de seguridad y toxicidad, primero en ensayos clínicos y luego en estudios post comercialización, evaluando que el beneficio sea mayor que el riesgo.

Dado que el número de vacunados contra SARS-CoV-2 va en aumento, la posibilidad de presentar eventos adversos aumenta, afortunadamente éstos son habitualmente leves y se resuelven de manera espontánea. Sin embargo, también pueden ocurrir eventos serios, pero en mucha menor frecuencia.

El Subdepartamento de Farmacovigilancia (SDFV) del Instituto de Salud Pública (ISP) junto con el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), son los encargados de la vigilancia de los Eventos Supuestamente Atribuibles a la Vacunación e Inmunización (ESAVI).

Los ESAVI serios, son evaluados por el Equipo de Farmacovigilancia en Vacunas (comité asesor de expertos nacionales, multidisciplinario), en el que se analiza si existe plausibilidad biológica, relación temporal y/o causas coincidentes que puedan establecer o descartar una relación causal con la vacuna, emitiendo un documento denominado “Análisis Colaborativo” donde se informa al notificador el resultado de la evaluación de causalidad.

No obstante, debido a que el proceso de investigación y análisis de un ESAVI puede demorar, ya que necesita la recolección y análisis de todos los antecedentes clínicos, exámenes, etc; que muchas veces implica un retraso en la administración de dosis posteriores o, puede ocurrir también, que los usuarios prefieran no esperar el análisis de causalidad y la recomendación de vacuna para completar esquema, por lo que se administran la
misma vacuna, lo que puede significar un riesgo.

Por lo anteriormente dicho, el objetivo de este documento es dar recomendaciones generales al equipo encargado de la vacunación, que sirva como una orientación en algunos diagnósticos específicos (Tabla 1), y junto con la información requerida, se pueda decidir la continuación del esquema, sin ser necesario en estos casos esperar la evaluación de causalidad, dando seguridad a los usuarios en la administración de las vacunas para completar esquema o refuerzo y en la protección contra la infección por el virus SARS-CoV-2.